lunes, 24 de noviembre de 2008

Ahora al PSOE, le importa la legalidad


En las últimas horas y ante el azote de la prensa a los presuntos favores realizados a Sacyr, con el asalto a Repsol con dinero del Banco Santander, era el propio Miguel Sebastián, quien se anticipaba a negar que el ejecutivo estuviera implicado en esa operación, y menos que hubiera bloqueado a Lukoil en favor de Sacyr. Por supuesto esta afirmación debe tomarse como lo que es, una elisión de responsabilidades, más que una certidumbre de que sea exactamente como afirma el plural ministro.
Sin embargo, quien remataba la jugada era el plural y prudente Pepiño Blanco, quien no se sonrojaba en mentir y acusar de privatizar en su día Repsol al PP, cuando lo hizo Felipe González, por cierto trayendo cola por adscribir acciones a difuntos andaluces, pero su mayor gestos de pluralidad y muestra de talla intelectual, lo hacía cuando llamaba liberales de pacotilla a la oposición pepera, por querer que se haga el proceso bajo la más estricta legalidad , no siguiendo los dictados caprichosos de un gobierno que le sobran las reglas y que demuestra que lo primero es favorecer a sus amigos que a los españoles.
Pero esto aún huele peor, cuando se airea que el hermano de la vicepresidenta de la Vega, Jesús, está enchufado por ésta para dirigir la fundación de la entidad, y es que la familia está para algo, y si es la socialista para algo más...
También hoy , conociamos que militares y guadia civiles, se encuentran en pié de guerra ante el recorte de las pensiones de éstos por parte del ejecutivo pesoista, en un intento más por hacer la política social de la que tanto alardea. En este caso los militares parece que en breve saldrán a la calle, a pesar de las limitaciones y los abusos de los directivos del ministerio correspondiente.

Sin embargo, la nota triste del día, aparecia por la demostración de poder aún recortar más los derechos y libertades, en este caso en forma de sentencia judicial, un juzgado de Valladolid ordena quitar los crucifijos de las aulas de los colegios públicos.
Ante esta coyuntura destacaba la puesta en escena del plural y prudente Pepiño Blanco, quien afirmaba que desde su partido eran muy respetuosos con la ley y las decisiones de la justicia. A esto añadía que era creyente, y ahora que hay motivos para creer según su partido mucho más, porque quitado del fundamentalismo pesoista este techado de virtudes y culmen de la intelectualidad española sólo puede aspirar a eso, ya que no hace falta de un especial talento y los dictados del régimen no necesitan de más explicación.
Sin embargo no quisiera acabar mi reflexión de hoy sin explicar que de estas manifestaciones me pasman dos cosas, la primera, que ahora se preocupen por la legalidad y la aplicación de la ley, cuando siempre ha sido el segundo o tercer plato de su política y sobre todo no puede ver ni creer en eso que ha dado en llamar el iluminado monclovita la alianza de civilizaciones, cuendo son incapaces de admitir y tolerar que se coloque un crucifijo en un aula, y que hablen que ese sectarismo e intolerancia es la legalidad, porque debe de dar miedo si eso e la legalidad si se pone en lo que debe de ser su política social.
¿No creen?

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