domingo, 29 de marzo de 2009

Desde el Prestige hasta la guerra de Irak.

El fundamentalismo de la ceja ha tenido , en los últimos años, una serie de pilares en los que sustanciar una oposición social.
En sus pretensiones han sabido reunir junto al pesebrerismo social y pretendidamente progre, pacifista y tuitivo un rédito político que excede con mucho un análisis pausado y consciente de cada una de estas cuestiones.
Mi propósito de hoy, ante esta continua manipulación de estas cuestiones, es arrojar una cierta luz, que determine e forma concluyente que estos asuntos no difieren en mucho los acaecidos por otros gobiernos, en especial los de Felipe González y de los que no se ha hecho ninguna mención especial ni ataque social de una forma coordinada y teledirigida con fines políticos.
En principio debo recalcar que esa diferencia de la dimensión social de hechos totalmente equiparables, entre los que cabe una fácil comparación y una cierta identidad de razón, se debe más a la manipulación y la demagogia que ha empleado esta pretendida izquierda, que se confunde mucho en estos y otros tantos asuntos con los neofascismos modernos, (las reinterpretaciones del fascismo).
Entre ellos destaca el asunto del Prestige, un petrolero , como muchos otros que circulan por el mundo dejando vertidos allá donde van , al que se le unió la mala fortuna de que se partiera por el medio por las malas condiciones de la mar, provocando una inevitable fuga.
En este asunto, del que se ha querido hacer como único responsable al ejecutivo de Aznar, es indudable que tienen mucho que decir otras autoridades, en especial aquellas que retiraron al Prestige al máximo de sus puertos y de las que eran responsables socialistas y nacionalistas gallegos.
Qué duda cabe, que el objetivo era doble porque en medio se encontraban Aznar y el mismo Fraga Iribarne, objetivo más que deseable del pesbrerismo pesoista para poner en entredicho. Aunque resulta lamentable, que sea por temas como este y no por asuntos de calado real, de los cuales deberían de tener más fondo.
Lo cierto es que la indecisión y la falta de coordinación, propia de este tipo de situaciones, como cualquier persona puede entender, porque es difícil de decir donde se lleva esa embarcación a causar el daño, si se hace mal y si no se hace peor.
Sin embargo, la reacción posterior fue encomiable, y ese pretendido daño que iba a durar cientos de años según estos plurales, resulto solventarse a través de un trabajo de limpieza, serio, documentado y fiable. Como prueba la producción de mejillón y los resultados posteriores de aquellos marisqueiros que decían estar arruinados por decenios.
Sin embargo la escusa es buena, para poner todos los puntos de mira , sobre un gobierno que tuvo que luchar contra la manipulación de unos hechos, que se escapaban con mucho de las manos a unos y a otros.
Todo quedo claro que fue un esfuerzo particularizado en cada población costera por apartar el problema de su costa y sobre el destino final, no tuvo nada que ver el Gobierno de Aznar, como se ha pretendido desde el pesebrerismo social y claramente ha desmentido la sentencia judicial correspondiente.
Sin embargo, estos plurales recurren insistentemente a estos pilares que han plagado de bulos y mentiras interesadas y de presuntas conspiraciones y corruptelas de algunas manos ocultas del gobierno de Aznar.
Porque no existen otros motivos para poner énfasis en el desacierto y sólo el desastre general puede propiciar un caldo de cultivo para la disensión y su elemento propagandístico se vehiculizó por medio del pesebrerismo del "nunca mais" , el cual, se diluyó en época reciente ante un sisniestro de la misma naturaleza aunque demenor calado.
El otro logro del pesebrerismo zetapédico, se centra en la guerra de Irak, la segunda de ellas, aquella que se centra en la eliminación de Sadam Hussein y sus armas de carácter nuclear.
El hilo conductor de esta propaganda se basa nuevamente en su "No a la guerra" leitmotiv donde se unificaba la oposición a Aznar y al pacisfismo.
Es bien sabido que entre los acólitos del pesebrerismo zetapédico existe un profundo sentir anti-americano , con lo cual no resulta difícil mezclar la cuestión del pacifismo, la oposición a la guerra en contra de un contubernio maligno de Bush, Blair y el maligno Aznar.
La perversión de esta proposición cae en el absurdo de criticar la entrada de España en una guerra ilegal y en contra de los mandatos de la ONU, lo cierto es que no hay nada más falto a la verdad, ya que se ajusta a la resolución de la ONU, y la guerra era totalmente legal, desproporcionada en cuanto a los medios, si se quiere pero legal.
Sin embargo, no se hace hincapié en la primera guerra de Irak, aquella que hizo Felipe González de la mano de G. Bush , pero padre, y de la que no tuvo ningún recato en mandar a los soldados de reemplazo, gente de paso, sin vocación militar y que eran el tributo de González a su no querida ab inicio entrada en la OTAN.
Así queda desenmascarada la gran mentira de este gobierno manipulador y que quiere poner en entredicho a aquel gobierno que hizo lo que la legitimidad de las urnas le permitía y del que recibió su censura en posteriores elecciones.
Fuera ya de estos tópicos sólo queda poner de manifiesto una pretendida política antisocial la del PP, de Aznar, que es la antítesis de la de R. Zapatero, lo triste es que aquella política es la del bienestar, la de convergencia con Europa, la del progreso, la de la salida de la crisis, la de la creación del empleo, aquella que tiene miedo de reconocer R. Zapatero como la única salida a su economía idealista y de visionario sin miras.
¿No creen?

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