martes, 27 de enero de 2009

Zapatero mintió de nuevo en su mitin televisivo

La verdad es que ayer, esperaba un público algo más mordaz en la pantomima televisiva del señor Milá, donde el megalómano fundamentalista de la ceja, quería aparecer nuevamente como el salvador y mesias de este país.
A pesar de la poca calidad de las preguntas, el Sr. Zapatero, apenas se vió en apuros para poder decir lo que le daba la gana a propósito de las preguntas, que en contadas, muy contadas ocasiones incomodaron al presidente.
Sin embargo, en su ejercicio de exaltación personal, mintió sobre la crisis, el paro, las venta de armas a Israel, el aborto y la eutanasia y la economía. En todo caso se adorno de su buenismo característico, con aire de estar en posesión de la verdad absoluta, que respalda la mayoría.
Leire Pajín, afirmaba que era de valiente tener el coraje para dar la cara ante los españoles, cuando eludió las preguntas comprometidas que brillaron por su ausencia, y aprovechó las demás para realizar liturgias particulares de exaltación de su persona y su brillante política fundamentalista.
Hoy teníamos a la misnistra de Fomento compareciendo en el congreso, y dando más "jabón" al PP, eludiendo sus responsabilidades y demostrando nuevamente que su cabeza va por delante de sus palabras, por lo que éstas carecen de lógica al parecer. Lo cierto es que nos tiene acostumbrados.
Mientras Zapatero con su resaca populista volvía a dar más dinero con su buenismo político a otra finalidad solidaria internacional.
Mientras, era el Fiscal general del Estado, junto a Pere Navarro, quien por cierto tiene un club de fans en la web, algo no conseguido aún en la política española, la web perenavarrodimision. Juntos, veían como han colapsado la justicia española con sus 50.000 procedimeintos incoados por preunta vulneración de la ley de seguridad vial y el carnet por puntos, un dislate que , amén de recortar derechos y libertades, ha conseguido colapsar aún más , si cabe, el sistema judicial.
Bueno tendremos que felicitar a estos plurales, cuyo afán exaccionador no tiene limites.
¿No creen?

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